La tobillera es una caja negra, unida a una correa de goma dura del mismo color. Al igual que un celular con GPS, el dispositivo emite una señal georeferencial del lugar donde se encuentra en tiempo real y es capaz de almacenar información si es que el condenado apaga el dispositivo. Una vez instalado en el pie izquierdo, el condenado no puede sacárselo, ni tampoco manipularlo, ya que la correa posee una señal óptica que envía una alerta si es que esta es cortada o alterada.

La tobillera además contiene un dispositivo de comunicación en ambos sentidos, es decir, el departamento de monitoreo de Gendarmería puede tomar comunicación con el penado y viceversa si se da el caso de una emergencia. Además del intercomunicador, el brazalete contiene una alarma, que es activada cuando el condenado incumple las restricciones decretadas por el tribunal o incluso cuando el dispositivo está pronto a quedarse sin baterías para seguir funcionando.