Los Azules tuvieron la dicha de disfrutar de una fiesta tejana, donde hubo algo de alimentos para mantenerse en pie. Por el precio de confesar a qué integrante del refugio odian, pudieron disfrutar de alitas para comer.
Podían comerlas solos o, mejor para algunos, acompañados de su compañero predilecto. Algunas parejas sorprendieron. Nadie se esperaba la elección de Ale, que tuvo la ocasión de "vengarse" por lo que le hizo Ariel.

Los azules disfrutan mientras los naranjos están en una intrigante ceremonia de limpieza en el refugio.