Julián Álvarez a simple vista parece ser un joven responsable, un padre soltero preocupado de su hijo Lucas y con un emprendimiento propio: tiene una Combi acondicionada como sandwichería. Con esto se gana la vida y mantiene la familia que conforma con su pequeño de cinco años. Pero tras su apariencia de joven comprometido, se esconde un tipo simpático que se convierte permanentemente en el alma de la fiesta y que a veces se excede en los carretes.

Una noche de aquellas y mientras va manejando su moto en compañía de Lucas, es detenido por manejar en estado de ebriedad. Hecho que detonará una hecatombe en su vida: los abuelos maternos deciden usar todas sus influencias para quitarle la custodia de su hijo. Esa será su lucha.