Leonardo pidió expresamente que nadie llamara a la policía. Ha desatado toda su perversidad durante el secuestro de Tomasito. Luego de generar pavor en Tomás y Amelia, el secuestrador ahora debe escapar. Pero su mente está desequilibrada, ansioso y en el fondo de sí, con miedo. Tenía todo bajo control, y ahora no le queda más que extremar recursos para escabullirse.

Nicolás seguía a los vehículos y ruidos que había en el lugar del secuestro. Rocío, desesperada, seguía por teléfono cada noticia de lo que ocurrí, sin poder llegar al lugar. No contaba con Rafael, ni Alonso para ir al lugar. Mucho menos con Gonzalo, que se rehusó a ayudarla a arriesgar su vida nuevamente por Tomás.