Rocío está convertida en toda una abogada. Lidera el bufete que le dejó Rafael con caracter y trata de que el trabajo se haga a la perfección. Pero con todo eso, a Rocío le falta algo muy importante: jurar como abogada en la Corte Suprema. 

Pero Diego le comunicó que la institución acogió su solicitud para poder jurar y convertirse oficialmente en abogada y la resolución de la Corte fue positiva: un día perfecto para Rocío que no lo cambiaría por nada en el mundo.