Lina Valdés lleva 23 años siendo procuradora del Hospital de Urgencia de Asistencia Pública (HUAP), la ex Posta Central. Hoy es la más alta autoridad en lo que respecta a llevar a cabo y coordinar las entrevistas con los familiares de personas fallecidas para optar a la donación de órganos, pero sus inicios no estuvieron ahí.

Valdés comenzó en la Unidad de Cirugía del mismo establecimiento. Ahí estuvo 25 años atendiendo a pacientes médico quirúrgicos. Pero un día su vida dio un giro cuando en la televisión vió un caso de un menor que requería de un trasplante. Esto era el año 1992, época en que el hospital y la realidad médica nacional era otra. "No existía nadie que se encargara de la procuración y donación de órganos", relata Lina, la profesional que le pareció interesante realizar esta labor.

Desde entonces comenzó a desarrollar conversaciones familiares, cruciales para la autorización de la extracción de un órgano. Pero no fue un inicio fácil. Lina desarrolló esta actividad más de 10 años ad-honorem, sin recibir ningún pago, todo por la salud de los pacientes.

En una pieza cálida, pintada de color celeste, con un sillón negro bien acolchado y  una mesa de centro, conversamos con Lina Valdés.  En esta misma habitación las familias descargan su pena, sin embargo, nada en la pieza habla de "procuramiento", y Lina lo explica: "No es un término que utilicemos para presentarnos. Esto ya que uno habla de procuramiento e inmediatamente la gente se asusta. Piensa en la donación de órganos, es decir en la muerte".

La charla se enfoca en primera instancia en entregarle paz y apoyo a los familiares ante la pérdida de un ser querido. Su trabajo luego consiste en exponerle a las familias el tema de la donación de órganos. "Nosotras hacemos la labor de moderar y entregar tranquilidad a este momento. Nos preocupamos de poder llegar a un consenso entre los miembros del núcleo más cercano al fallecido", asegura.

La interrogante que debe contestar la familia del potencial donante es clara: "¿Quieren donar los órganos de su familiar?". "Me lo quiero llevar enterito", es una de las frases que más seguido escucha la profesional. Porque la gente tiene miedo que el extraer un órgano sea sinónimo de dejar en mal estado el cuerpo de una persona. Pero ella rápidamente desmitifica.

El 2016 fue un año récord para la ex Posta Central. Tuvieron el máximo número de donantes a nivel nacional. Hubo 20 donantes, una cifra nunca antes alcanzada en un hospital público. Lina, con orgullo, nos cuenta que realizaron 27 entrevistas, es decir, tuvieron sólo 7 negativas de estos encuentros: "El trabajo de ser procuradora no es sencillo, pero sí muy gratificante". 

La profesional distingue este es un trabajo en equipo, todos son de vital importancia. Pero personalmente siente un gozo en su corazón "cuando te dan el abrazo de oso y te dicen 'gracias', uno queda para adentro. Ahí te das cuenta lo maravillosa que es esta labor".

Gracias a la fuerza y a la experiencia que le ha dado su paso por el HUAP, Lina hoy realiza charlas. "Explico de qué se trata la donación y le cuento a la gente cuáles son los beneficios de ella". Antes de acabar la conversación, entrega una cifra que la llena de orgullo: "En total contamos con 194 personas que han decidido donar sus órganos en este hospital. Eso es maravilloso". Lina también valora los objetivos que busca la campaña #CumpleMiDeseo"Esta nos facilita la conversación en el momento de más pena. Sólo hay que repetar la voluntad", cierra.

 

Lina Valdés junto a Tamara Neculqueo, ambas procuradoras del Hospital de Urgencia de Asistencia Pública.