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Uno de los imperdibles para los turistas es probar la gastronomía local y Viajando Ando cumplió al degustar un plato que se remonta al tiempo de los vikingos, el hakárl.

Un plato solo para valientes

Debido a la falta de tecnología para conservar los alimentos, estos guerreros debían consumir lo que se podía, incluso si estaba en mal estado. Así nació este platillo de trozos de tiburón fermentado, que cuenta con un fuerte olor. 

César se atrevió y, aunque la primera impresión fue desfavorable, parece que el sabor lo convenció. "No es tan malo como huele", expuso.

 

Viajando Ando / Mega

 

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