Cirko Marisko salió al escenario decidido a seguir luchando por un lugar en la gran final de Coliseo y mantener vivo el sueño de llegar a Viña 2026.
El dúo, compuesto por Lucas y Martín, volvió a sorprender con una propuesta distinta, llena de humor físico, energía y baile, que rápidamente conquistó al público presente.
Una rutina que mezcló humor, baile e imitaciones
En esta semifinal, Cirko Marisko presentó una rutina que fusionó chistes, imitaciones y una elaborada coreografía, aprovechando la química que los caracteriza. Desde el primer minuto, el dúo demostró su sello único: humor absurdo, movimientos exagerados y un ritmo imparable.
Uno de los momentos más comentados fue cuando Martín decidió destacar públicamente los dotes de Lucas para el baile, intentando presentarlo con el mayor entusiasmo posible. Sin embargo, ambos terminaron discutiendo cómicamente sobre la manera correcta de hacerlo, generando carcajadas en el estudio.
La presentación continuó con una hilarante demostración de cómo bailan los hombres en una discoteca, situación que terminó por encender al público.