Una situación preocupante es la que vivió Claudia junto a su familia. La joven inició una adicción a los videojuegos a los 12 años, donde producto de una depresión un amigo le recomendó jugar para olvidarse un momento de los problemas y angustia que le provocaba estar bajo esta enfermedad. Sin embargo nunca imaginó que lo que sería una solución se convertiría en otro problema. 

Semanas sin comer, sin dormir, mal genio y sin ganas de asistir al colegio. Sus padres se alarmaron y decidieron hacer algo, que terminó en una terapia. 

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