Ya va una semana de intensa búsqueda del pequeño Tomás Bravo (3), quien despareció el pasado miércoles 17 de febrero tras acompañar a su tío abuelo, Jorge Eduardo Escobar, tras ir a buscar unos animales en la comuna de Lebu, región del Biobío.

Hasta el momento no se descarta ninguna teoría y se mantendrá el hermetismo a los avances ya que se clasificó como secreta la carpeta investigativa. Además, el día de ayer se autorizó a la fiscal del caso, Carolina Molina, al acceso del tráfico de llamadas del tío abuelo, así como de los padres del menor, Moisés Bravo y Estefanía Gutiérrez. 

Además, se tiene conocimiento de un vecino que se ha convertido en sujeto de interés para la Policía de Investigaciones. Un vecino que habría subido una foto a una red social en el mismo sector donde se le habría perdido el rastro al niño, y que lo sitúa en el sitio de la desaparición. 

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