El pastor Eduardo Durán ha sido investigado y duramente criticado tras asegurar que recibía cerca de $30 millones en diezmo cuando era la máxima autoridad de la Iglesia Evangélica. Lo anterior pretende explicar posibles delitos de lavado de activos o infracciones tributarias.

Sin embargo, una nueva acusación en su contra lo vuelve a poner en la palestra. Se trata del plan para evitar ser destituido de la institución religiosa que salió a la luz pública por la filtración de una conversación telefónica, donde Durán intenta convencer a otro miembro de la Iglesia de nombrar a un grupo de cercanos que lo resguarden. 

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