Tras una actividad, la española se aburrió y encaró a Marco por su actitud tan cambiante desde que Aylén ingresó al granero. Gala le dijo que había jugado con ella, desatando el enojo del italiano, quien no continuó con la conversación. Ella decidió alejarse de la casa y comenzar a llorar. Sin embargo, dos hombres intentaron aconsejarla y calmar su angustia.