Es la menor de los Montt y es una niña adorable, con un rostro angelical que conquista a todos quienes la conocen por su simpatía. Es inteligente, encantadora y caprichosa. En su casa, cuando quiere conseguir algo, acude a cualquiera de sus hermanos para que la consientan en todo. Para Marina su padre Bruno lo es todo: su mejor amigo, su ídolo y el mejor papá del mundo.