En el nuevo capítulo de la tercera temporada de Seyrán y Ferit, Abidin (Ersin Arici) llevó a su esposa y dos oficiales de policía hasta la mansión Korhan. Su idea era ordenar la captura de Halis (Cetin Tekindor), pero Seyrán (Afra Saracoglu) los esperaba con otro plan.
Junto a un notario, la chica de Antep cedió la propiedad de la lujosa residencia a su hermana mayor. Una vez se firmó el documento, todos supieron que una cláusula impedía la expulsión del patriarca y su familia.
Ciego de rabia, Abidin volvió a la carga y armó sus maletas. Si no puede echar a los Korhan, entonces les impondrá su presencia.
Suna (Beril Pozam) intentó disuadirlo sin éxito y se dio cuenta que, consumido por su venganza, ya no es el hombre con quien se casó. En un giro de los acontecimientos, la mayor de las Sanli le pidió el divorcio para que elija qué es lo más importante en su vida.
Halis no quiere a Betül
Betül (Hazal Araci) está en una delicada situación pues Ifakat (Gülçin Santircioglu) conspira en su contra.
Necesitaba encontrar armas para defenderse y espió a la cuñada de los Korhan mientras conversaba con Halis. Así supo las razones de por qué el anciano desconfía tanto de ella y los exámenes que la obligarán a realizarse en su próxima consulta médica.
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