El estilo de vida activo se aprende. Una persona no nace sedentaria, por el contrario, los hábitos de vida inactivos, es decir poco saludables, también son copiados a los padres. Por esto el papel de ellos es fundamental para poner en movimiento a una generación.

Mundialmente se han realizado estudios que demuestran que la posibilidad que un niño no practique actividad física es cuatro veces mayor si sus padres son inactivos. Por datos como este es que se pide a los padres que sean tan exigentes en la activación de los niños como lo son con el rendimiento académico de los menores. 

Para crear el hábito saludable de una vida activa, es necesario hacerlo desde que los niños son pequeños. Mientras más chicos, más fácil será que tomen este desafío. Además, practicar algún deporte les enseña a los menores valores y actitudes positivas para enfrentar la vida. La actividad física potencia la tolerancia a la frustración, el autoestima, trabajar en equipo, entre otros. 

Los padres debieran dar el ejemplo a sus hijos practicando actividad física. Los niños aprenden de su entorno y la familia es su círculo más cercano. Por esto, sñumate a Mi Causa Mi MEGA y anímate a porque #BailarTeHaceBien