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Gatos: Por qué es importante desparasitar a los felinos

  • Por Meganoticias

Aunque vivan en medios controlados como departamentos o casas bien cerradas, los gatos pequeños están expuestos a contagiarse con gusanos de diverso origen capaces de enfermarlos, o matarlos.

Los parásitos pueden estar en la tierra que traemos en los zapatos, en las alfombras o en el jardín. Si hay otras mascotas en casa, el riesgo es mayor.

Para comprender el grado de peligrosidad de estos parásitos, encontramos que son altamente resistentes al clima y a los desinfectantes, de modo que una buena limpieza del hogar no es garantía de su eliminación.

Se cree que pueden cohabitar ciertos espacios hasta por años y si los gatos no están desparasitados, tendrán todo el riesgo de enfermarse.

Los parásitos más comunes son los llamados gusanos redondos. Su nombre científico es Toxocara Cati y la Toxascaris Leonida. En ambos casos, estos gusanos salen de las heces de un gatito enfermo en forma de huevos. Si un roedor entra en contacto con ellos y es luego comido por un gatito sano, éste se contagiará.

Lo mismo ocurrirá si un gato sano se lame y consume estas larvas, incluso, en la lactancia hay peligro de infectarse si la madre está alojando a estos parásitos.

La Toxacara y la Toxacaris se pueden ver a simple vista, con su color blanco intenso, parecerán un ramillete de palitos diminutos en las heces del gato.

También están los gusanos planos, identificados como Dipylidium caninum  y Taenia taeniaformis. Los primeros son larvas alojadas en pulgas o piojos que, al entrar en el organismo del gato, se van a quedar en el intestino delgado.

El otro gusano plano es la Tenia (Taenia taeniaeformis), que parece un grano de arroz, pero una vez que ingresa al intestino puede crecer varios centímetros, al igual que otros parásitos, como los Ascárides, que crecen hasta 18 centímetros, o la Filaria, de hasta 30 centímetros de largo.

Es fácil concluir que un gatito infectado por estos gusanos estará debilitado y con un pésimo desarrollo físico. Presentará episodios frecuentes de diarrea y vómito, bajará de peso, tendrá el abdomen inflamado y anemia.

Los parásitos estarán hospedados en el cuerpo de su víctima y le robarán nutrientes, sangre y energía.

La recomendación clínica se enfoca en aplicar desparasitaciones en gatos a partir de las seis semanas de nacidos hasta la semana 16. La frecuencia será la que indique el médico veterinario pues cada caso es tratado según su contexto y potenciales riesgos.

Este artículo fue elaborado tras consultar contenidos vinculados en affinity-petcare.com, vets & clinic, koniglab.co y notigatos.es.

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