Fueron los primeros 50 años de Isabel Allende los que se retrataron en la serie. Una historia, que si bien se construye, a ratos, de racontos, debieron recrear a la perfección, ya que era crucial que se notaran las diferencias de cada época, que van desde los años 40 hasta los 90. Un trabajo de arte de alta exigencia, no solo para ambientar las calles y decorados de casa, sino que también para caracterizar a los distintos personajes, cambiando vestuarios y atuendos despendiendo de la moda de cada época.

Algo que le tocó vivir muy de cerca a Daniela Ramírez, quien interpretó a Isabel Allende desde los 25 a los 50 años, debiendo cambiar de look, tanto de peluca, de estilo y también su cuerpo, ya que en la época más madura de la escritora, tuvo que usar una prótesis corpórea para engrosar su silueta, además de otros elementos que la hicieran ver mayor, como pelucas y maquillaje especial. 

"Fue una de las cosas más lindas que he vivido como actriz. El poder cambiar tanto de una época a otra, también contextualizar el tiempo, que el pelo, el maquillaje y el pelo dice algo y empaparse de eso. Además, ella es muy camaleónica también y es muy pretenciosa, ella lo dice abiertamente, así que había que ser super cuidadosos y respetuos con eso", detalla Ramírez de todo el proceso estético que debió realizar para caracterizar a Isabel.

En base eso, la actriz también tuvo palabras para los encargados de maquillaje y vestuario, quienes hicieron un trabajo de joyería para lograr llegar a todos estos cambios de look dependiendo cada época: "Tuvieron que hacerme un traje, porque mi corporalidad no podía retratar a la Isabel madura, todas esas cosas eran geniales, el cambio y también un trabajo súper minucioso de Franklin (Franklin Sepúlveda, Jefe de Maquillaje y Peluquería) y la Caro Espina (Carolina Espina, encargada de Diseño de Vestuario), que era de vestuario".