Gustavo tuvo plena responsabilidad en el secuestro de la hija de Aníbal Ramos. El candidato quería sacar al fiscal del camino, pero su colaborador está empezando a perder los estribos en cuanto a los planes para acabar con quienes persiguen al aspirante a presidente.

Mariano le dio dinero al abogado para que escapara lejos y no fuera encontrado e investigado por los crímenes que ha cometido. Se ha convertido en orquestador de planes macabros que han acabado con vidas y puesto en peligro la misma imagen de su jefe.