Javiera no quiere perder su sueño de poder llegar a ser madre algún día. Tras su operación el riesgo es demasiado alto para que ella pueda tener un hijo de manera natural, es por eso que la doctora le recomendó dos opciones.

Una es adoptar y la otra es el útero subrogante (o vientre alquilado). A Samuel se le cayó la cara al escuchar las opciones de su hija y, sincero como siempre, le dijo que era una irresponsabilidad y que no la iba a apoyar esta vez.