Rocío está decidida a dejar atrás a "Ana Merino" y volver a ser dueña y señora de todo lo que una vez fue suyo.

Así, pese a que ya no cuenta con el apoyo de Diego, quien fue uno de sus principales colaboradores en este retorno a Chile tras 25 años de ausencia, se decidió a asumir el puesto que le corresponde en el bufete de abogados.

Aunque en una oportunidad le pidió a Gaspar que la admitiera para trabajar en la oficina y obtuvo un rotundo no como respuesta, ahora dejará de ser paciente. Sentada en tras el escritorio que siempre le perteneció, le dijo al hijo de Samanta "aquí estoy, en el lugar que nunca debí haber salido". 

Los seguidores de Verdades Ocultas la aplaudieron a rabiar, no solo porque toma posesión de lo que es legítimamente suyo, sino porque Gaspar ha sido cómplice en atroces crímenes y se intentó adueñar del bufete falsificando firmas y documentos para robarle a su padre. 

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