Tomás tenía que hablar sí o sí con Rocío. Al llegar al pasaje la vio besándose con Rafael, lo que partió por enardecerlo. Pero cuando su exesposa le concedió tiempo para conversar, el ahora esposo de Amelia rompió en furia al saber que ella conocía un secreto que lo perturbó por días. 

La presencia de Leonardo es un peligro para cualquiera. Rafael quiere proteger a Rocío, pero tiene una extraña conducta e insinúa depositar su confianza en un misterioso hombre.

Amelia se siente perseguida. Sabe de la presencia de Leonardo en Chile. Recuerda le relación que tuvieron y cómo todo cambió, pero ahora solo percibe el peligro que le acecha. Estarán más cerca que nunca.