Leonardo pidió expresamente que nadie llamara a la policía. Ha desatado toda su perversidad durante el secuestro de Tomasito. Luego de generar pavor en Tomás y Amelia, el secuestrador ahora debe escapar. Pero su mente está desequilibrada, ansioso y en el fondo de sí, con miedo. Tenía todo bajo control, y ahora no le queda más que extremar recursos para escabullirse.

¡Samuel pierde los estribos por la noticia! Su hija está por tomar un importante decisión junto a Gonzalo y por ningún motivo la quiere casada con él. Partió donde su mujer para contarle lo sucedido y en la oficina de la picada todo se escucha. Roxana, con astucia, se ubicó tras la puerta para escuchar las ácidas quejas del padre de su "archienemiga".