La tarde del miércoles se confirmó la detención de Martín de los Santos Lehmann, prófugo tras la brutal golpiza que le propinó a Guillermo Oyarzún, conserje de 70 años, en la comuna de Vitacura, en mayo pasado.
El empresario de 32 años fue arrestado en la ciudad brasileña de Cuiabá, cerca de la frontera con Bolivia y a 1.500 kilómetros de São Paulo, la última ubicación que se había dado a conocer del sujeto de manera oficial.
Esposa de conserje reacciona a detención de Martín de los Santos
En conversación con Mucho Gusto, María Vidal, esposa de Guillermo Oyarzún, señaló que tras la captura de de los Santos, sintió "por un lado, alegría de que por fin se hizo un poquito de justicia para nosotros, porque todavía queda mucho camino por andar".
"Por otro lado, mi marido como que se nos bajoneó porque va a tener que en algún momento encontrarse con él, mirarlo a la cara y preguntarle por qué, y ojalá pueda estar ahí también, para que él me lo diga a mí, si fue tan hombre, a ver si es tan hombre para decirme las cosas a mí", sostuvo.
La supuesta negociación con Martín de los Santos
En esa misma línea, manifestó que "yo no le tengo miedo. No le he tenido miedo nunca, ni a él ni a su familia, ni por amenazas ni mucho menos. Él ha hablado pestes (de nosotros), ahora acusaron que mi marido tenía una denuncia por violencia intrafamiliar".
Respecto a la conversación con Mucho Gusto del agresor antes de ser detenido, donde volvió a reiterar que se encontraba negociando con la familia de la víctima, María aseguró que nadie ha hablado con ellos, solo una persona que llamó a su hijo Héctor, "porque querían hablar con nosotros para llegar a un acuerdo, para no que este hombre tuviera una condena en ninguna cosa, sino que se arreglara por debajo, como lo ha hecho siempre la familia de él. Pero no, eso nosotros nunca se lo vamos a aceptar".
En cuanto a unas supuestas fotos al interior de su hogar, señaló que "a mi casa no entra cualquier persona, menos basuras como las de ellos".
Este artículo informa un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que la justicia lo determine.