En los mejores momentos de Viaje a lo Insólito, repasamos el caso de René Cerón Pardo, un asesino chileno que se sometió a una lobotomía con la promesa de dejar atrás el crimen y obtener su libertad.
Con cuatro homicidios en su historial, Cerón aceptó formar parte de un experimento para intervenir a reos peligrosos. El procedimiento ofrecía una posible reinserción social.
La iniciativa fue impulsada por el criminólogo argentino Israel Drapkin, quien gestionó con autoridades chilenas la realización de estas intervenciones con el objetivo de rehabilitar a criminales condenados a cadena perpetua. Cerón fue uno de los elegidos para probar que la ciencia podía moldear la conducta.
El resultado de la operación
En 1963, el criminal comenzó a recibir salidas dominicales. Poco después, fue liberado. Se instaló en Concepción, junto a su hermana. Pero volvió a matar.
Asesinó al conviviente de su hermana tras varios episodios de violencia doméstica. Regresó a prisión, aunque esta vez sin esperanza de libertad.