Esta semana en El Jardín de Olivia, un nombre desencadenó la búsqueda de justicia de Diana (Nicole Espinoza) cuando todo parecía solucionado.
Ramiro (Ricardo Vergara) recibió el informe pericial que se realizó tras la muerte de Ángela González (Ana Domínguez). Había pasado mucho tiempo desde que lo solicitó a un amigo abogado y ya no lo creía necesario: la tesis del suicidio estaba implantada.
Sin embargo, el profesional le comentó lo difícil que fue acceder a los documentos. Era muy raro que pusieran tal cantidad de trabas a una investigación cerrada y recomendó examinar a fondo porque algo podría estar escondido.
El prefecto Sanhueza hace aparición
La primera alerta para Ramiro fue el nombre de Walter Sanhueza (Elvis Fuentes). El prefecto encabezó la investigación de Ángela y, coincidentemente, se hizo cargo de su caso cuando lo atacó aquel grupo de encapuchados. ¿Era realmente una casualidad?
El periodista indagó más y descubrió que el detective tuvo un salto enorme en su carrera tras la muerte de la madre de Diana. Si su intuición no le fallaba, Luis Emilio Walker (Alejandro Trejo) podría estar involucrado en esta acelerada promoción para tener influencia en la policía.
Con esta duda, Ramiro cotejó algunos datos del informe y halló incongruencias. Un registro en video demostró que Ángela estaba en el edificio del Grupo Walker mucho tiempo después de la supuesta hora de salida marcada en la documentación. Además, la autopsia indicó que había bebido, pero siempre fue una mujer abstemia.
Cuando Diana tomó conocimiento de estos antecedentes, comenzó a pensar en posibles sospechosos. Quizás Luis Emilio no sea el directo responsable, pero sí podría proteger a alguien de su familia. Hasta el momento, el comportamiento de Bernardita (Catalina Guerra) es el que la deja más inquieta.