Estuvo dos días sin ayuda, era un hombre enfermo. El 30 de agosto de 2018 murió Henry Joseph, ciudadano haitiano que tenía graves problemas de salud, motivo por el cual le prohibieron subirse al avión.

Tenía sus papeles al día y pagó un millón de pesos para poder viajar desde Temuco a Santiago, para luego llegar a su país de origen: Haití. Si bien se cumplieron los protocolos por parte del SAMU, Carabineros y el aeropuerto estuvo dos días abandonado en el aeropuerto. Seis días después, falleció en el Hospital Salvador producto de una neumonía, insuficiencia respiratoria y desnutrición.

El Henry Joseph era comerciante ambulante en Temuco. Tenía tres hijos menores de edad y, según agrupaciones migrantes, cuando comenzó a sentirse mal contactó a sus familiares de Haití, quienes le enviaron dinero para comprar el pasaje de regreso a Puerto Príncipe. Actualmente hay una investigación en curso para descubrir si existen eventuales responsables en la muerte del ciudadano haitiano.

El caso de Henry Joseph revela la dura vida que tienen los haitianos en Chile: Discriminación, falta de trabajo, agresiones y abandono son parte de estos problemas que, al igual que Joseph, motivan a muchos volver a Puerto Príncipe.

Sin embargo, todavía hay varios que siguen luchando. Eder Bazile (32 años) tiene cuatro hermanos y dos hermanas.  En Haití era bombero y tiene la formación para ser parte de la Policía Nacional de Haití. Cuando llegó a Chile, fue acogido por una familia de panaderos de Maipú, quienes le dieron trabajo y alojamiento.

El dinero que recaudaba con su trabajo se lo enviaba a su esposa e hija que vivían en Haití. “La situación económica que hay en Haití. Muchos haitianos pensaban que Chile era como EE. UU y eso me motivaba a buscar mejores oportunidades. Necesitaba operar a mi esposa del corazón, pero no pude traerla. Ella falleció allá”, declara Bazile.

En 2016 quedó viudo y su hija Desouvre seguía en Haití. No alcanzó a llegar al funeral de su esposa, su caso apareció en las pantallas de Mucho Gusto. Fue un golpe duro para la vida de Bazile pero, según el mismo cuenta, con la exposición en los medios logró reunir dinero para viajar a su país natal y traer a su hija.

"Hay que tener paciencia, económicamente Chile es mejor que Haití, pero voy más allá. Hay que luchar hasta el final. Trabajar para guardar la plata, como las hormigas. La vida es una selva, uno es del porte de una cucaracha, pero yo trato de vivir como un león”, explica Bazile y agrega: “Yo he aprendido del país, sé que en diciembre hay mucho trabajo y eso hay que aprovechar. Hay que ir al colegio. Hay que buscar una forma de sobrevivir. Yo voy a luchar hasta el final, hasta que tenga algo mejor”, dice con firmeza el haitiano.

Como no le fue bien en Maipú trató de buscar mejores opciones en San Fernando y lo está logrando. Actualmente es Agente Comunitario en el sector y busca ayudar en el intercambio cultural entre los haitianos y chilenos. "No hay que mirar a los que hablan mal de uno, hay que ver la parte positiva. Siempre te van a decir cosas feas, te pueden tratar mal, pero uno debe quererse. Da lo mismo el color de piel, eso va a pasar. Eso me pasó y trato de transmitirle a mi hija”, finaliza el Eder Bazile, quien en 2019 entrará a estudiar trabajo social en un instituto del sector.