Francisco llegó de sorpresa a la oficina de su padre. Pero no fue precisamente a ver a Mariano, sino que a Gustavo y llegó con comida lista para que ambos pudieran almorzar y compartir de una botella de vino.

Francisco fue claro en decirle al abogado de la campaña que se saliera del ambiente tóxico que lo rodea y de esa manera podrían estar juntos. Gustavo tiene que pensarlo, pero sabe que dentro de la campaña es difícil que pueda tener alguna relación con el hijo mayor de Mariano.