Francesco tendrá desconfianza de Gracia, que quiere arrendar una casa en el pasaje. María Luis no entenderá que el italiano deduce su forma de ser y le pedirá todos los antecedentes necesarios.

Agustina llorará desconsoladamente luego de la noticia que recibió. Cris entrará y verá su pena. Le dirá que, aunque no sea lo mismo, el está dispuesto a decirle “mamá”, si ella quiere.