Tras la confesión de su hermana mayor,  Julieta se enteró de toda la verdad. Realmente nunca fue hija de Gracia sino que de Samanta. Esta verdad no cayó nada de bien en la joven que encaró inmediatamente a su familia y se fue de la casa en busca de apoyo en otros lugares, hasta que llegó donde Leticia, que la acompañó y aconsejó a pesar de saber toda la verdad. 

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