Las cosas no se ven muy positivas en la cabeza de Javiera, al contrario, se contempla un panorama desolado, sin luz. La hija de Samuel y María Angélica siente rabia consigo misma, por no lograr sus objetivos.

Es por eso que Gonzalo intentó de contenerla luego de recordar los buenos momentos que ha vivido con ella. Pero no sirvió de mucho, las lágrimas de Javiera ganaron... todo indica que va en camino a una depresión.