Ernesto quedó impactado con la noticia. Tanto así que se encerró en su pieza, junto a Blanca y Jacinta, para poder hablar y entender bien la verdad: que Blanquita es su hija. 

No entendió la decisión que tomó Jacinta hace años, él tenía derecho a saberlo como padre de esa niña. Pero al seguir hablando descubrió que el amor que pudo haber tenido con Jacinta no funcionó por "un maldito error".