Las similitudes entre Javiera (Fernanda Finsterbusch) y Mariana (Carolina Arregui) siempre han existido. Las dos son compasivas, preocupadas por la familia y con vocación de ayudar a otros, pero en los recientes episodios de Juego de Ilusiones se sumó un nuevo parecido, mucho más trágico.

La figura paterna se convirtió en una fuerza negativa en sus vidas, siendo víctimas de las "buenas intenciones" de sus progenitores, quienes "contrataron" a dos hombres ambiciosos para enamorarlas, pero cada uno por diferentes motivos. 

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Nadir Nazir (Hugo Medina) quería evitar a toda costa que Mariana se convirtiera en monja. Ella desde joven fue apegada a la iglesia y estaba a punto de ingresar al convento cuando apareció en su vida Julián Mardones (Julio Milostich). 

Regalos, halagos e invitaciones a salir la terminaron por conquistar y pronto se casaron. Pero tras las declaraciones de amor se escondía un terrible trato entre Julián y Nadir: un contrato económico que premiaba a Mardones con el dinero que siempre buscó.

Años más tarde, Mardones decidió hacer lo mismo a su hija Javiera, pero para alejarla de la "mala influencia" de Joaquín (Nicolás Rojas). Su candidato para enamorarla fue Lucas Briceño (Giordano Rossi), un detective en el que vio los valores que esperaba de un yerno.

 

Juego de Ilusiones / Mega

 

Pero Javi se demoró mucho menos que su madre en darse cuenta del engaño. Aun así, una vez confrontó a Lucas, le confesó: "Ahora entiendo mucho a mi mamá, lo que vivió, porque no puedo entender cómo hay hombres tan asquerosos como tú". 

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