Un corazón artificial es una prótesis que se instala en el cuerpo de una persona y que realiza las mismas labores que el de tipo biológico. Es decir, es una ayuda para aquellos pacientes que requieren de forma urgente un nuevo órgano y que llevan tiempo ya en lista de espera. Pacientes así en nuestro país superan las 20 personas. 

Montserrat Sarmiento nació con una seria cardiopatía congénita, que la obligó a contar, desde sus primeros años de vida, con un marcapasos. A medida que comenzó a crecer se confirmó que su corazón no funcionaba como lo hacía el de cualquier menor. Por esta razón se le informó la necesidad de ser trasplantada. Ingresó a lista de espera siendo prioridad en ella el año 2015, pero el corazón no llegaba, por ende fue necesario pensar en una solución más rápida. A finales de ese mismo año Montserrat se transformó en la persona más joven de latinoamérica en recibir un corazón artificial. Pese a eso,la pequeña continúa en lista de espera. 

Una historia similar es la que vive Gabriela Seguel. Esta pequeña de solo seis años, con una miocardiopatía dilata, también se encuentra en la espera de este vital órgano. Gabriela ya lleva 5 meses necesitando un corazón, un órgano que hasta el día de hoy, aún no llega. Tal como su amiga Montserrat, Gabriela también cuenta con un corazón artficial.

Y si encendemos nuestra memoria, recordaremos que hace un tiempo nuestro país se conmovió con la historia de León Smith. Un pequeño que falleció en la espera de un trasplante, pero que sí pudo acceder a un corazón artificial. Esto le permitió un nuevo aliento de vida. Pero desgraciadamente nos abandonó en el camino.

Según las cifras oficiales, el año 2016, de las 1800 personas que aproximadamente estaban en lista de espera, 22 esperaban por un corazón. Un órgano difícil de conseguir ya que en variadas ocasiones los pacientes lo rechazan. Por razones como ésta es que se utiliza una prótesis que reemplaza al órgano principal. Este es el corazón artificial.