¡Nos encantan las historias de amor entre las mascotas y sus dueños! Por eso aquí te dejamos con una que nos robó el corazón. Te presentamos a Karina Malbrán, quien a sus 43 años, vive feliz con sus dos grandes compañeros: Foxita, un terrier chileno de aproximadamente 4 años y Romeo, su gato de 8 años. 

 

¿De qué lugar de Chile son?

Valparaíso. 

 

¿Hace cuánto tienes a tus mascotas?

A Foxita la tengo hace 3 años y mi gato, Romeo, me acompañla hace casi 8. 

 

 

Tus mascotas, ¿son compradas o adoptadas? ¡Cuéntanos!

A Foxita la rescaté de la calle, estaba desnutrida, llena de pulgas y entrando en celo. Al ver que era de raza la llevé al veterinario para comprobar si tenía chip e identificarla. No tenía, por lo que publiqué sus fotos en redes sociales para encontrar a su dueño, pero no apareció. Pensé en darla en adopción y muchos la querían, pero fue tal nuestra conexión que no pude entregarla. La esterilicé y la hice parte de mi familia hace aproximadamente 3 años. 

 

A Romeo, mi gato, lo adopté cuando tenía soilo 4 meses. Lo estaban regalando en una plaza. Lo vi y me enamoré de él. 

 

 

¿Qué actividades te gusta hacer con tus mascotas?

Con Foxita salimos a todas partes juntas. Le encanta el campo, lo disfruta mucho corriendo. 

Pero mi Romeo es totalmente una mascota indoor, solo sale cuando va al veterinario o peluquería. Es más regalón que de disfrute en el aire libre de espacios abiertos. 

 

¡Descríbenos a tu mascota! 

Foxita es lo máximo, vivimos en departamento y ¡es super limpia! Es bien portada, juguetona, besucona a morir, alegre, llena de felicidad. Tiene mucho amor para entregarle al mundo. 

Romeo es muy independiente. Tiene su carácteo porque a veces ama al mundo y ¡otras lo odia! Creo que en eso nos mimetizamos un montón. 

 

¿Dónde duermen? 

Foxita duerme en mi cama, justo entre mi marido y yo. 

Romeo tiene su lugar, pero a veces duerme donde lo decide. Realmente a veces piensa que el departamento entero es suyo. 

 

 

¿Por qué es tan importante tu mascota para ti?

Mis compañeros de vida llegaron para llenar un espacio ya que hace un tiempo mi hijo se fue de la casa y ¡me quedé con el síndrome del nido vacío! Ellos me quieren en todo momento y yo los disfruto mucho.  

Claramente ellos son fundamental en mi vida, son mi alegría y vamos a estar por siempre juntos.