Si bien Álvaro Rudolphy y Jorge Zabaleta son los grandes protagonistas de Juegos de Poder, convertidos en un candidato a la Presidencia de la República y un fiscal, respectivamente, que se enfrentarán por tratar de demostrar quién es más fuerte en medio de los poderes políticos y judiciales, hay una serie de otros personajes a los que hay que ponerles atención.

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A continuación destacamos cinco de ellos.

Karen Franco (Ingrid Cruz)

Ambiciosa y aguda, Karen Franco es la jefa de prensa de Mariano Beltrán, con quien mantiene una oculta relación amorosa. Se considera una mujer independiente (y lo es en lo económico), pero en lo emocional depende totalmente del hombre que ama. Ella está convencida que Mariano es el hombre que puede levantar al país, y con esa misma convicción dedica todas sus energías en lograr que salga electo presidente en las próximas elecciones.

Perfeccionista implacable, no podrá luchar contra los sentimientos que a ratos aún le produce su ex marido, el fiscal Ramos, a quien abandonó hace un tiempo por su incurable afición al alcohol. Las cosas se complicarán para ella cuando deba elegir separar los caminos de quien considera el único candidato posible para dirigir los destinos del país, y su ex que le sigue silenciosamente los pasos al político Beltrán.

Benjamín Bennet (Augusto Schuster)

A punto de titularse de abogado, Benjamín estudió leyes para ser alguien importante o más bien para demostrar lo superior que puede ser al resto. Desde chico sintió la presión de ser mejor que su primo Francisco, sin llegar a lograrlo. Actualmente proyecta la imagen de don Juan al que le llueven las mujeres.

No tiene respeto por su padre, lo considera poca cosa y nunca se ha sentido respaldado por él. Con su madre es lo opuesto, son mucho más cercanos y siente que ella sí ha sacado siempre la voz para defenderlo en los momentos más críticos: numerosos escándalos de indisciplina y adicciones que lo llevaron a internarse en un centro de rehabilitación cuando tenía apenas 18 años.

Académicamente es brillante y socialmente seductor, es el alma de la fiesta. Le gustan las situaciones límites (su filosofía es: “en la vida hay que probarlo todo”). Benjamín es incapaz de sentir empatía por nadie, y cada una de sus acciones apuntan a conseguir un beneficio personal.

Elena Espinoza (Paula Sharim)

Elena vive una brutal tragedia cuando sus dos hijos, Samuel y Tomás, son atropellados en la noche de la fiesta mechona de su universidad. Tomás, el menor, fallece de forma instantánea. Desde ese momento, la vida de Elena da un vuelco. Lograr que se haga justicia y encontrar nuevamente la felicidad, se le hacen cuesta arriba. Durante su proceso de duelo comienza a descubrir con mucho dolor, un mundo que ella desconocía absolutamente y en el que se movía su hijo. Los secretos no tardarán en develarse uno a uno frente a sus ojos, provocando un dolor aún mayor al que experimenta y que podrían provocar el quiebre familiar total.

Cinthya Bravo (Alejandra Araya)

La subcomisario Bravo es una de las miembros más activas de la Brigada de Homicidios. Impulsiva, perseverante y trabajadora, Cinthya lleva un tiempo trabajando codo a codo junto al fiscal Ramos a quien admira profundamente. Con su astucia será quien muchas veces le hará ver a Aníbal Ramos líneas de investigación que no han sido exploradas y que les ayudarán en la lucha diaria contra el crimen. Por eso no tardará en sentirse atraída por el fiscal, quien dudará una y otra vez de los reales sentimientos que le genera la subcomisario. Mientras, ella irá sintiendo que Aníbal Ramos es esa figura protectora que nunca ha tenido.

Beatriz Acosta (Solange Lackington)

Beatriz es una fiscal implacable. Colega de Aníbal Ramos y una de sus principales adversarias, Acosta es una excelente profesional, a pesar de que recibe coimas y promesas de poder una vez que Beltrán resulte electo presidente. Claramente no es una persona desalmada, simplemente está atrapada en una telaraña de favores, chantajes y corrupción de la cual le es imposible salir a estas alturas. Desinhibida y desenfadada, Beatriz Acosta cree tener su mundo controlado, pero lo cierto es que es una pieza más de un gran engranaje, que si falla… fácilmente se bota y se cambia por otra.