El Castillo nace en 1979 cuando en la dictadura militar se liberalizó el uso de los suelos del sector mediante la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Con esto, las construcciones se caracterizaron por ser de bajo costo y altura. La expansión de terrenos siguió las tendencias del mercado, es decir, la calidad y los estándares de vida pasaron a segundo plano.

Según informaciones municipales de La Pintana, los postulados de esta política se siguen aplicando porque no ha cambiado el modelo socioeconómico que la originó. En este sentido, El Castillo comenzó a urbanizarse en 1982 a través de los loteos “Ignacio Carrera Pinto” -Hijuela 7 y 9- formando una identidad de “isla separada” del resto de la ciudad, donde sus residentes no contaban con los equipamientos y servicios necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.

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Gonzalo Cáceres, planificador e historiador urbano, señala que con esto “cambió la geografía social de los habitantes de La Pintana. Los desafíos de la nueva convivencia obligaron a mucha resiliencia, creatividad e innovación. Aunque los medios y la academia más pesimistas se empecinan a subrayar o diagnosticar la desatención estatal, la vida en común no desapareció”.

Hasta principios del 2000, este proceso de vivienda estaba incompleto porque se entregaban casas, pero sin establecimientos educacionales y de salud para sus habitantes. Además, las políticas focalizadas se han encargado de eliminar focos conflictivos, distribuyendo a los pobladores hacia otros sectores. “El paradigma de que la abundancia de bienes es sinónimo de bienestar y felicidad. Sobrevivir obliga a emprender cotidianamente, es esa es la invitación por hacer. Descubrir el emprendimiento de los que sobreviven. Repensar su originalidad bajo extrema precariedad, obliga a otro punto de vista”, concluye Cáceres.

El 22 de noviembre de 2017 el Gobierno anunció que lanzará un plan para mejorar la calidad de vida de los 41.447 habitantes de El Castillo. La iniciativa contempla una inversión de $30 mil millones para mejorar la infraestructura urbana y seguridad del lugar en un plazo de seis años.