María Teresa, la mujer de Alberto, es una dueña de casa proveniente de un entorno tradicional y conservador. Durante toda su vida, su única preocupación fue velar por su familia y sus hijas. Por supuesto la pérdida de Amparo ha sido una carga difícil de sobre llevar en su día a día, y por eso teme permanente por Coca y los excesos en los que incurre en su vida. Sin embargo, la profunda influencia que su marido ha ejercido sobre ella durante años ha hecho que María Teresa siga tomando partido por él -como ha sido históricamente aunque en silencio quisiera mandar todo a la punta del cerro- y no por sus hijas.