Logo Mega

Este aviso se cerrará en segundos

"No sé qué me pasa, pero me siento vacía": Quirón en aspecto a la Luna

  • Por Angela Barraza
'No sé qué me pasa, pero me siento vacía': Quirón en aspecto a la Luna

Hay días en que parece que nada llena. Puedes tener amor, compañía, estabilidad, incluso pequeños logros… y aún así sentir una ausencia muda, una especie de eco que no se va. Esa sensación de no tener con qué sostenerte por dentro. Como si todo lo que te dan se escurriera por una grieta que no sabías que tenías. Esa sensación tiene nombre en astrología: Quirón en aspecto a la Luna.

No es una herida fácil. Es una marca que no siempre grita, pero que se instala con una fuerza insoportable. Una parte de ti cree que lo que te falta es externo. Más amor, más validación, más cuidado. Pero la herida de Quirón en la Luna no se calma con lo que viene de afuera. No hay persona, pareja ni amiga que pueda completar lo que se quebró en la infancia emocional, en ese espacio donde sentiste que amar era peligroso, o que tus necesidades eran un estorbo.

Ir a la siguiente nota

Quirón no hiere como Marte ni transforma como Plutón. Quirón muestra lo que no sanó nunca. Lo que quedó pendiente en tu sistema afectivo. Y cuando toca a la Luna, ese dolor se vuelve íntimo, silencioso, cotidiano. Un vacío que se disfraza de autosuficiencia o de dependencia extrema. Una carencia que se aprende a negar para poder seguir funcionando.

Quirón: La herida original

Quirón representa una fractura primordial, una herida que no se cierra del todo pero que al comprenderse, enseña. No es solo sufrimiento: es camino iniciático. El problema es que cuando se conecta con la Luna, que rige la memoria emocional y las necesidades básicas de cuidado, ese aprendizaje se vuelve lento, visceral, incómodo.

Puede manifestarse como miedo a necesitar, rechazo a recibir amor, o búsqueda ansiosa de alguien que lo repare todo. Puede sentirse como tristeza inexplicable, como si tu alma tuviera frío incluso en verano. También como una culpa que no sabes de dónde viene, pero que te lleva a pensar que no mereces lo que otros disfrutan.

Este aspecto —en conjunción, cuadratura, oposición o incluso en trígono mal integrado— revela un conflicto con lo materno, no siempre literal. Tal vez no sentiste seguridad, o se te exigió madurar rápido. A veces fue abandono, a veces sobreprotección. Lo cierto es que quedó un espacio sin contención que ahora proyectas en tus vínculos adultos.

El cuerpo como síntoma emocional

Quirón y la Luna juntos no solo afectan lo emocional. Se sienten en el cuerpo. Somatizas ansiedad, insomnio, problemas digestivos, bloqueos respiratorios o fatiga crónica. Todo eso también habla de una historia emocional no digerida.

Tu sistema nervioso está en alerta porque aprendió a sobrevivir sin ternura, sin refugio. Aprendiste a cuidarte en exceso, o a confiar en cualquiera que parezca prometer contención. El resultado es un vínculo roto con el propio cuerpo y sus necesidades reales.

La sanación con este aspecto no es mental ni rápida. Requiere bajar el ritmo. Aprender a estar contigo sin ruido, sin máscara, sin exigencias. Requiere volver a sentir el hambre de afecto sin juzgarla. Reconocer que no fue culpa tuya. Que si sentiste vacío, no era porque “algo te faltaba” como persona, sino porque algo no se te dio como criatura.

¿Cómo se repara algo que siempre dolió?

Con tiempo. Con ternura. Con prácticas pequeñas pero constantes. Terapia, escritura emocional, contacto físico seguro, espacios de silencio sin exigencia. No para tapar el vacío, sino para entenderlo. Porque ese vacío alguna vez fue protección. Fue lo que tu inconsciente creó para sobrevivir a una falta demasiado dolorosa.

Y no, no se trata de “llenarlo” con algo nuevo. Se trata de habitarlo con compasión. De darte lo que no supieron darte. De cuidar esa parte que aún espera una voz que diga “está bien que sientas lo que sientes”. Porque ahí empieza la reparación. No con respuestas intelectuales. Con cuidado. Con escucha. Con presencia.

Todo sobre Signos del zodiaco

Minuto a minuto