Luis llegó hasta una escuela muy especial en Uganda, un lugar donde los niños no se quejan, juegan con una pelota construída por ellos mismos y por sobre todo, son felices. Sin embargo, fue tan fuerte su experiencia allí, que nuestro conductor no aguantó las lágrimas ante la imponente pobreza que se vive. 

Mira este emocionante momento en el vídeo.