Kerim es un herrero del pueblo de Fatmagul, que vive con su tía. Cuando lo conocemos por primera vez, es un tipo ingenuo y honesto.

Cuando él se enamora de Fátima, ella se convierte en su ancla y le da sentido a su vida. Él sabe que es el amor de su vida y se aferra a la frágil promesa de un futuro normal con ella.  

Aunque siempre hace lo correcto, Kerim es humano y hay veces que se cae por completo bajo el peso de sus responsabilidades y el trauma de su vida. Ha tenido una infancia traumática, con el suicidio de su madre y el abandono de su padre.