Al igual que su padre y su hermano, Horacio Möller lleva el encanto de los Möller en la sangre. Se trata de un hombre de mundo, viajado, culto, de gran sentido del humor y físicamente muy atractivo. Sofisticado y con una abultada reputación con las mujeres se dedica a los negocios de diverso tipo, siempre caracterizándose por su buena suerte. 

Horacio se ha convertido en el hijo mayor adorado por su padre, un hombre que ha hecho crecer el negocio hotelero familiar para extenderlo en otras ciudades de la nación. Desde siempre Horacio ha odiado Villa Ruiseñor, desprecia profundamente la sociedad pacata y tradicional, constantemente se burla de las actividades del pueblo.