Carlos Möller es uno de los solteros más apetecidos de la provincia, al igual que su padre y sus hermanos se caracteriza por su simpatía y encanto. A pesar de la fortuna, Carlos no es un frívolo ni un vividor, por el contrario, tiene las ideas claras al menos en su cabeza.

Siguiendo el ejemplo de su padre, pretende dedicarse al negocio familiar, ámbito en el que su hermano Horacio le lleva amplia ventaja. Menos inteligente que Horacio, más joven y simple, Carlitos siente que su hermano se ha llevado todos los aplausos. A diferencia de lo que ocurre entre Isabel y María Elsa, en el seno de la familia Quiroga, Carlos y Horacio son hermanos inseparables.