De niña, antes de la llegada de María Elsa, Isabel era la favorita de sus padres y el foco de atención de las miradas de todos los pueblerinos. Nunca se había visto una niña tan hermosa en Villa RuiseñorArmando y Estela, sus orgullosos padres, buscaron incansablemente el real heredero del imperio que ya se avizoraba en el futuro esplendoroso del comerciante más importante de la región. Para mala suerte de Armando, el hombrecito no llegó, pero sí nació María Elsa, con lo que se terminaron las atenciones para la hermana mayor.

Debido a las comparaciones constantes con su hermana, Isabel se convirtió en una mujer competitiva, prejuiciosa y maniática, una de las lenguas más ácidas del pueblo a la hora de hablar de los demás, en especial de sus enemigos, que no son pocos.

Muy conservadora y rígida de pensamiento, de temperamento fuerte y armas tomar, Isabel no puede quedarse callada, siempre dice la última palabra en las discusiones, sobre todo si son con su hermana María Elsa.