Reforest Running 2025: la carrera que volvió a llenar de vida a Viña del Mar
Con una convocatoria inédita de 1.500 corredores y más de 3.000 asistentes, la Reforest Running 2025 confirmó este fin de semana por qué se ha convertido en el evento deportivo–ambiental más relevante de la región. Una cita que combinó actividad física, cultura, comunidad y una acción climática real, realizada en alianza con la Municipalidad de Viña del Mar —como patrocinadora— y Fundación Parque Vaguada.
La jornada partió temprano con actividades diseñadas especialmente para niñas y niños, quienes participaron en talleres que los acercaron al valor de la reforestación y al rol vital que cumplen los árboles. Paralelamente, activaciones de marcas, concursos y sorteos mantuvieron a las familias involucradas durante toda la mañana, creando un ambiente lúdico y educativo en torno al cuidado del planeta.
Uno de los momentos más emotivos fue la presentación de un grupo de bailarinas de Isla de Pascua, que ofrecieron una coreografía inspirada en la prosperidad y el respeto por la tierra. Su interpretación, conectada a las raíces ancestrales del territorio, se transformó en un homenaje vivo a la naturaleza y marcó simbólicamente el comienzo de la carrera.
Antes de correr, los participantes realizaron un calentamiento junto al equipo de Smart Fit, seguido por una sesión de OmSat Yoga. Ambas actividades ayudaron a preparar cuerpo y mente en un ambiente colectivo cargado de energía positiva.
El corazón de Reforest Running está en su promesa: cada corredor financia un árbol, su plantación y su mantención, incluyendo sistemas de riego para asegurar su crecimiento. A diferencia de otras iniciativas, el impacto es inmediato, medible y completamente transparente.
En la zona destinada a la reforestación, se instaló un panel con los nombres de todos los participantes, junto a un código QR que permite seguir la ubicación de los árboles, reforzando la conexión entre cada persona y la huella que dejó en el territorio.
Con cada edición, Reforest Running demuestra que deporte, comunidad y restauración ecológica pueden avanzar juntos. Más que una competencia, es un movimiento que impulsa a Viña del Mar hacia un futuro más verde y resiliente. Y, sobre todo, un recordatorio de que cuando miles de personas se movilizan con un mismo propósito, la naturaleza vuelve a florecer.
