La increíble odisea de 22 horas de Mariela Sotomayor: Se fue caminando hasta el Santuario de Lo Vásquez
Instagram @mariela_sotomayor
Mariela Sotomayor se sumó a las más de un millón de personas que peregrinaron al Santuario de la Santísima Virgen de Lo Vásquez, para la tradicional fiesta religiosa del 8 de diciembre.
Finalizado el recorrido, la periodista relató los dolores que sintió en los pies, la siesta de una hora que tomó a la intemperie, y la emoción de llegar al lugar sagrado tras 22 horas de travesía.
La peregrinación de Mariela Sotomayor a Lo Vásquez
"Voy camino a la Virgen de Lo Vásquez. Nunca, nunca había ido, primera vez", anunció con mucho ánimo Mariela Sotomayor al inicio de su aventura, en un breve video de Instagram. "Vengo con la persona que cuida a mis hijos, que cuida mi casa, la señora Cecilia", comentó.
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Al final de su experiencia, Sotomayor compartió un nuevo video, con registros del camino recorrido y de las personas que la acompañaron.
"No hay palabras que puedan describir lo que viví junto a mi querida señora Cecilia y su familia (...) Fueron 92 kilómetros, 84.440 pasos. Justo lo que me faltaba por caminar para encontrar respuestas y hacerme nuevas preguntas. En las manos de la Virgen y mi Dios pongo mi esperanza y mi amor por la vida", expresó.
"El dolor en mis pies era tan grande"
La comunicadora también compartió detalles de su vivencia en una entrevista concedida a La Hora, donde confesó que sentía pinchazos en los pies, que le "quemaban".
"A medida que avanzábamos tramos largos, el dolor en mis pies era tan grande que cada cierto rato tenía que parar. Me sacaba las zapatillas un rato. Me tuve que poner doble calcetín y parches", detalló. Pero en un punto logró descansar un poco más, gracias a la solidaridad de la gente.
Ir a la siguiente nota"Una familia nos recibió en el patio de su casa. Dormí en saco, pero a la intemperie, la noche estaba rica a pesar de todo. Dormí feliz por una hora debajo de una palmera", recordó.
"En el camino aproveché de pensar, de meditar muchas cosas", dijo en relación al significado espiritual de la peregrinación, cuyo punto de mayor satisfacción finalmente llegó.
"Cuando llegué al santuario fue algo súper emocionante, me paré ahí donde uno espera la bendición con agua bendita y aproveché para decirle a Dios 'aquí estoy, llegué'. Luego a la Virgen le volví a encomendar a mis niños, cada uno con sus peticiones que yo llevé en nombre de ellos", concluyó.
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